Los productos de inversión basados en seguros están ahora en el candelero porque, como a muchos les gusta decir, ¡la rentabilidad está subiendo! Pero espera… ¿te has fijado en cuánto cuestan? Imagina esto: quieres invertir para que tu dinero crezca, pero esos costos casi ten en cuenta de empujarlo en dirección opuesta. ¿Complicado, no?
Pareciera que estos productos son el nuevo hype para las instituciones financieras, cosechando clientes como si plantaran dinero en un jardín (solo que ellos son los que cosechan). Sin embargo, el lado oscuro de la luna… ¡sí, hay un lado oscuro! Son los costes elevados que vienen con estos productos. Las tarifas pueden ser intimidantes, especialmente si estás intentando ahorrar un poco para el futuro sin malgastar lo que comes, por ejemplo.
Este asunto tiene sus ramificaciones. A nivel económico, estamos hablando de un posible freno al flujo de capital. Imagina si todo el mundo decide que «¡los costos son muy altos, mejor no invierto!». Eso puede retumbar en la economía en general, limitando el crecimiento y lo que te estimula a hacer mejores inversiones.
Para la persona promedio -ya sabes, tú o yo-, es hora de afilar el lápiz y hacer las matemáticas. No puedes simplemente saltar en una canoa sin saber remar. Haz tus investigaciones, entiende los costos, considera si vale la pena… y siempre considera diversificar tu portafolio. No pongas todos tus huevos en la misma canasta (excepto si esa canasta tiene huevos de oro… ¿hay alguna de esas ahí afuera?).
Se trata de tener una estrategia, no una pasión ciega. Y ahí estás, asegurándote de no depender únicamente de las inversiones basadas en seguros. Juega en diferentes campos, mezcla un poco y comparte algunas risas con inversiones en sectores que incluso puedan parecer algo inusuales. ¿Tecnología, bienes raíces…? ¡Quién sabe lo que te puede traer el viento!
Entonces, lo que tenemos aquí es una balanza… ¡sí, una BT (balanza también conocida como tricky)! Rentabilidad arriba, costes abajo, pero -temporalmente- no tienen intención de bajar. Tómate un respiro, conscientemente investiga, quizas descobre métodos para mitigar esos gastos sin dejarse atrapar.
Y, mientras estamos en ello, no te olvides de mirar siempre hacia adelante. ¿El futuro financiero? ¡Claro que puedes imaginarlo mejor! Así que sigue investigando (¡aunque ya sabes mucho!), permanece al tanto y mantente firme en tus decisiones… tu yo futuro te lo agradecerá con creces.