Hey, amigo… ¿Has notado cómo cada vez menos gente está metiendo su dinerito en la tele de toda la vida? Sí, esa con la que crecimos todos. Pues resulta que el panorama está cambiando, ¡y cómo! La peña ya no está por la labor de meter pasta en estas empresas familiares de televisión. Y es que, seamos sinceros, entre Netflix, Prime y demás plataformas, ¿quién quiere ver anuncios interminables?

Bueno, pues te cuento que este desinterés está empezando a calar hondo en la economía. Antes las acciones de esas empresas subían como la espuma, pero ahora… pues la historia es diferente. Hay quienes están empezando a darse cuenta de que a lo mejor, sólo a lo mejor, sus apuestas «seguras» van a necesitar una revisión urgente.

Y claro, para los que vivimos del otro lado —consumidores y tal— el cambio también se nota. Si estas empresas no empiezan a sacarle punta al lápiz (vamos, reinventarse), el contenido que nos llega puede venirse abajo en calidad. ¡Y no te creas que sólo les pega a ellos! El mundo de la publicidad y toda la producción también están en el ajo.

Ahora, si estás pensando cómo sacarle partido a esta situación, fíjate en los que han apostado por lo digital y el streaming. Mientras unos se hunden, estos están nadando en aguas tranquilas. Es necesario estar atento y no quedarse atrás. Si te mueves bien, este puede ser el momento de pegar el salto.

Moraleja: cada chaleco a su medida. Mantén los ojos bien abiertos a las tendencias y busca asesoramiento inteligente. Te aseguro que con un poquito de análisis y disposición a cambiar el juego, las cosas pueden irte la mar de bien.

Oye, por cierto… si ya le has dado vueltas a tu cartera de inversiones con todo este lío que te cuento, me encantaría saber qué se te ha ocurrido. Uno nunca termina de aprender… y compartir conocimientos siempre es buena idea. Así que cuéntamelo allá abajo en los comentarios y charlamos. ¡Nos vemos pronto!

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