¿Te imaginas que el gobierno se decidiera a dar una mano a las startups y, de paso, sacudir un poco la economía de la región? Pues eso está pasando en algún rincón de España, ¡y vaya si parece una gran idea! Las autoridades han sacado del sombrero un truco sorprendente: cheques de inversión para las startups locales… ¡Toma ya!
El plan parece fácil de entender. Van a apoyar a esas empresas que siempre están buscando la última tecnología, esos locos que piensan que pueden cambiar el mundo desde su garaje (o desde un coworking con cafecitos gratis). Y todo porque quieren ver crecer la economía digital y el emprendimiento innovador. Vamos, que al final del día, están apostando por un futuro brillante donde todos podamos pasar mejor.
Entonces, ¿qué significa todo esto para ti y para mí? Bueno, de puro egoísmo así de buenas a primeras, estas movidas seguro traerán empleos por doquier -el sector tecnológico siempre tiene novias y novios-. Y si tenemos la suerte de que alguna de esas empresas nazca con el toque de Midas, quizás nosotros, como humildes mortales-consumidores, disfrutemos de productos y servicios que nos cambien la vida… o al menos nos saquen una sonrisa o nos faciliten el día a día.
Ahora, no es todo de color de rosa; cada paso viene con su costa (¡toma rima!). Claro, las empresas de siempre, las que ya tienen su esquina del barrio dominada, quizás se sientan con la soga más apretada. Habrá más competencia y tendrán que ponerse las pilas, innovar o… ya sabes.
Para ti, que eres avispado, este es el momento perfecto para ponerte las pilas con eso de las habilidades digitales. Quizás tocaría pensar en apuntarte a algún curso chulo, conseguir alguna certificación (de esas que luego presumes en LinkedIn con los hashtag de rigor) y prepararte para ser una pieza clave en este tablero tecnológico que se va montando.
En resumen: ¡la región se está poniendo las pilas y apunta por todo lo alto! Ahora, queda ver como juegan estas cartas. Mientras tanto, saborea las oportunidades y las sorpresas que puedan ir llegando.
Y nada, aquí te lanzo la bola para que aproveches el viento a favor. ¡Nos leemos en la próxima!
