Llevo media vida repitiendo lo mismo… La Universidad de Oviedo ha estado en el negocio de hacer que el mundo sea un poco más inteligente durante 50 años. ¿Y qué han conseguido con eso? Todo un ejército de cerebritos que ahora andan innovando por ahí. Esto de mezclar educación y tecnología es como un cóctel molotov para la economía: explosivo, sí, pero eso también significa ¡impacto!

La gente pensante, esa que ha invertido en aprender algo nuevo, está liderando el barco. ¿Por qué? Porque saben que no es solo cuestión de seguir una moda, sino de mantenerse en la cima del juego. Y esa combinación de mentes entrenadas y gadgets de última generación hace la magia: atraen pasta y crean trabajos de esos que realmente te pueden gustar.

Y piénsalo, ¿qué gana el consumidor de toda esta historia? Productos más chulos, servicios que realmente funcionan y hasta posibles mejoras en nuestra salud y entorno. Eso sí, cuidado con la cara fea de la moneda: que la brecha entre los que están al día con la tecnología y los que no, puede hacerse tan grande como un campo de fútbol…

Así que a ponerse las pilas, amigo… El que no se adapta al cambio, se queda fuera del juego. La gente y empresas que no se ponen las pilas, van quedando en la sombra. La vida avanza, y si no la sigues, te supera. Y eso de quedarse atrás nunca ha tenido buena pinta.

La clave para salir ganando en este juego es sencilla: formación, formación, formación. Mantén la mente abierta -no, no te estoy criticando- y abrácela la tecnología como tu nuevo mejor amigo. Porque si esperas que el futuro sea amable con los que no se suben al tren de la innovación, vas listo…

La Universidad de Oviedo es el ejemplo perfecto de que mezclar cerebros con ciencia da buenos frutos. Así que no te duermas en los laureles y empieza a invertir en ti mismo. Es simple: cuanto más sepas y más te pongas al día, mejor para ti… y para todos los que te rodean. Quién diría que aprender podría ser tan rentable, ¿eh?

Y tú, que seguramente estás pensando en tus cosas, evalúa cómo te estás adaptando a los tiempos modernos. No hace falta que siempre estés a la última, pero un poco de esfuerzo va siendo necesario. Por tu bien, por el bien del mundo… y, claro, también por aquello de que estar en la onda nunca ha pasado de moda.

Deja una respuesta